Me encontré con unas personas del sur, donde la gente sigue peleándose por la madera y el sílex, pero sus palabras y sus acciones casi me hacen perder los estribos.
¿Acaso no han visto contra qué luchamos? ¿No entienden que los mustios, los espectros y los corruptos son un síntoma de algo mucho más terrible?
Sus ojos llenos de Azoth me recordaron a los ojos llameantes de los corruptos y a esa espantosa luz roja que parece consumirlos y empujarlos a la violencia.
Me pregunté si la corrupción y el Azoth procederían del mismo pozo del que sacábamos el agua.