Recuerdo de un motín fallido
Maldito Wally Widdershins. Debí saber que le faltaba algún tornillo cuando empezó a hablar de maldiciones.
El oficial de navegación Widdershins ha abandonado la expedición y ha intentado llevarse con él los corazones y mentes de la tripulación con bobadas de maldiciones.
Si le vuelvo a ver, el gato de nueve colas será misericordioso. Ahora los hombres dicen que el oro nos convierte en monstruos, como si lo que hemos hecho para llegar hasta aquí no nos hiciera ya monstruos a los ojos de muchos.
¿Qué son unos pocos percebes en la piel a cambio de la gloria y el oro eternos? Mantener a raya a la tripulación tras el exabrupto de Widdershins se ha vuelto mucho más difícil. Tendremos que usar más castigos corporales.
-Registro del almirante