Pergamino del peregrino de la Enéada, parte 3
Lo que la pontífice Charmion propone es una herejía. Renunciar a los ritos de nuestros antepasados que nos han protegido durante generaciones. Sustituirlos por insolencias y horrores.
Y, aun así… aun así…
¿Acaso no vivimos en una tierra de milagros y horrores? ¿Acaso no morimos y resucitamos como el mismísimo Osiris? Debemos estar cerca de los dioses aquí, en Aetérnum, más cerca que nunca. Mis huesos se estremecen y, aun así, cuanto más escucho el razonamiento de la pontífice Charmion, más obvio me parece.
¿Por qué sino dejarían los dioses tales maravillas si no fuera para guiarnos hasta ellas?