La mantícora
Siempre acecha, de noche y de día.
Siempre caza y nunca es presa.
No duermas ni mires a otro lado.
Si te pica su aguijón, todo habrá acabado.
Piel seca, fría y gris.
¿Cuándo atacará por fin? Nunca se sabe.
Fortaleza blanca, arena como la sangre
y una pila de cuerpos de gran altura.
Procura trazar un plan con premura.
Mas reza por que no tenga hambre.
¡Mata a héroes como si nada,
así que huye, huye, que la mantícora ataca!
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