Me escuecen los ojos. Nunca podré eliminar el olor a pescado frito de mi mejor delantal. He comprado hasta el último frasco de pimienta de esta ciudad y de la siguiente.
¿Y qué hizo el Maestro cuando se lo dije? Sonrió con su sonrisa beatífica, me dio una palmadita en la espalda y me preguntó: «¿El año que viene a la misma hora?».
Por Dios, debo estar mal de la cabeza, pero ¡claro que volveré el año que viene! Y traeré refuerzos. Kartik hace el mejor curry de pescado y espero que no le importe que un desconocido entre en su cocina.