Lo que el viento primaveral se llevó

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Arrastrado hasta un lugar mucho tiempo atrás perdido

Hoy me ha ocurrido algo muy extraño mientras paseaba entre las flores silvestres. De repente, el viento empezó a soplar y las florescasas se arremolinaron a mi alrededor como copos de nieve teñidos de vino. Justo al otro lado del vórtice, pude verlos: recuerdos de mi pasado, todos vívidos, todos a la vez. A mis abuelos, enseñando a madre cómo espaciar las plantaciones entre los campos de arroz. Parecían jóvenes y, al mismo tiempo, ancianos; recuerdos de su juventud impregnados de la sabiduría de relucientes épocas pasadas. Luego vi a madre, una niña a la par que adulta, compartiendo esa sabiduría con mis hermanos. Y allí, entre ellos, estaba yo, eternamente joven en ese mundo contra natura, una puntada rota en el tapiz de nuestra familia. Alcé la vista al cielo, al otro lado de los pétalos, para beber de la luz de Cheng'e, con la esperanza de que me sacara de este lugar solitario y me llevara de vuelta a la tierra de mis antepasados. Sin embargo, lo único que vi fueron los ojos del lobo Tiagou, con las fauces abiertas mientras corría hacia su luz de alabastro, famélico y anhelante. Caí de rodillas y lloré tratando de llamar la atención. La oscuridad me envolvió y sentí la fresca brisa de la primavera sobre el rostro. Me desperté entre las briznas y los tallos del cáñamo, con este hermoso recuerdo de mi hogar y mi familia en la mente. El miedo que me inundaba había desaparecido.