Viaje a Aetérnum, primer fragmento
Viajamos con rumbo oeste-noroeste mientras la brisa oriental se hace cada vez más intensa. Está nublado y no para de llover. 2 nudos constantes. Nos quedan unas 600 millas a vela. La humedad y el calor, nada habituales en esta estación, amenazan con estropear las provisiones. La tripulación tiene mal aspecto, la moral está por los suelos y las personas al mando llevan casi tres días sin pegar ojo. ¿Acaso los alquimistas del Viejo Mundo nos han enviado a nuestra perdición en busca de una quimera?
«Mere Courage», registro 13