Diario de Renée
Las huellas del animal que mató al bisonte pertenecían a un único lobo, no a una manada. Y, a juzgar por la nieve, uno mucho más pesado de lo normal. A su paso había dejado ramas partidas y lo que parecía un trozo de raíz de árbol cubierta por la misma escarcha que las heridas del bisonte.
No me considero una cobarde, pero los misterios de esta isla me ponen la piel de gallina. No sé qué ser con forma de lobo acecha en la nieve y oculta sus huellas entre las de los ejemplares comunes… ni quiero saberlo.
- Renée Marie Cartier
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