Desaparecida

Marisse se ha esfumado. Fuimos a buscarla e incluso llegamos a adentrarnos en las tinieblas, pero nuestro esfuerzo fue en vano. Estuvimos dos días y dos noches intentando dar con ella. Sin embargo, su ausencia no es nuestro mayor problema ni mucho menos, Sobre todo comparado con lo que vi al regresar. Fui de inmediato a su habitación para comprobar si había vuelto y me encontré su cama cubierta de las mismas flores que se han apoderado de nuestra aldea. Esas flores fúnebres de color púrpura durante el día y rojo sangre al atardecer que resplandecen cuando están plantadas y mueren en cuanto las sacas de la tierra. Sabemos cómo es la vida en esta isla, pero desconocemos cómo es la muerte en todas sus formas. Me aterra decir esto, pero esta aldea ya no nos pertenece a nosotros, sino a los desaparecidos. Muy pronto todos yaceremos en esta aldea como pétalos sobre una cama y todos nuestros hogares serán suyos. Elías