Perdido entre las flores

Marten no ha regresado. Salimos a buscarlo, pero no dio señales de vida. No vimos indicios de forcejeo ni bandidos en los caminos, pero nos congregaron a todos y nos ordenaron que cerráramos las puertas a cal y canto. Han pasado varios días y ya empieza a surgir rumores entre los habitantes de la aldea. No he dicho nada de las flores que vi donde Marten había desaparecido ni del color rojo que adquieren al atardecer, como si se estuvieran alimentando de los últimos rayos de sol. Las flores crecen ahí con tanta fuerza como en la tumba de Adriaen y ahora están por toda la aldea. La gente se queja de que destruyen las cosechas y no es fácil sacarlas ni con una pala. Dicen que no son flores sino malas hierbas, pero a mí me parecen bonitas y me alegro de que den un poco de color a esta isla tan triste. Kathrijn