Se dice que Odín dio forma al mundo y al cosmos con el cadáver de Ymir. De igual forma, nosotros también damos forma al caos de nuestro mundo con actos a través de la arcilla sin vida. Aunque los corderos y borregos de la iglesia sufrieran un colapso al contemplar algo así, sabemos que una tremenda fuente de poder virtuoso yace entre los restos de los que antes vivieron, hombres o bestias, durante mucho tiempo después de que el espíritu se desvanezca.
Por gracia de Sus muchos Nombres y Rostros, que Él me libre de una muerte de paja. Por gracia de Sus muchos Nombres y Rostros, que Ella me conceda este compendio de conocimiento y la audacia de usarlo. El cadáver es el vehículo del cambio. La arcilla es el medio para dar forma al orden en el caos.