Un duro golpe

Ayer estuve trabajando hasta bien entrada la noche y esta mañana me han despertado unos gritos. He cometido una negligencia… y mi familia ha sufrido las consecuencias. Los dos mustios que capturé murieron mientras experimentaba con ellos... pero… ahora me doy cuenta… cuando saqué al segundo de la jaula, no cerré la puerta, y cuando resucitaron horas más tarde se la encontraron abierta. Primero fueron a por Genevieve y luego a por Simon. La primera bestia aún merodeaba fuera junto a la casa… Había sangre por todas partes. Le pegué un hachazo en la cabeza y se convirtió en cenizas. La segunda bestia no tardó mucho más en morir. Pero, al ver sus cuerpos desvanecerse, me di cuenta de que mi mujer y mi hijo seguían ahí.