Hay que detenerla

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Part of the following chapter La caída de Isabella #4
Una carta borrosa con manchas de sal

LaCuran, Me he escapado. Lamento mucho abandonarte y que tengas que enfrentarte solo a la ira de la capitana Isabella. Si te hace algo, será menos horroroso de lo que estaba en sus planes. Quizás esto te sirva de consuelo. Ojalá que así sea. No podía permitir que se saliera con la suya. No podía permitir que se convirtiera en el monstruo que quería ser. Lo último que te pediré es que la distraigas hasta que me las arregle para escapar de la isla con la caja. Sin duda esto te costará la vida, o quizás algo peor... Aun así, debo pedirte este favor; hazlo por la larga amistad que nos une. Y si con eso no basta, hazlo por cada uno de los seres vivos que habitan este mundo. Incluso ahora temo que sea demasiado tarde, pues aún oigo la risa del hereje. Ecos infernales que me acosan al despertar y pueblan mis pesadillas. Debo huir. Que Dios te acompañe, amigo mío, si es que logras encontrarlo. - <b>Padre Dante</b>