Una página de diario arrugada y amarillenta
Diario del vigilante Alazar
VII.XXVII.MLX
Es como me temía. Tengo la pierna inservible; me la rompí en la batalla. Pravin y Michael me llevaron a la torre de Arturo, pero soy consciente de que soy una carga. Ya están exhaustos… y todavía queda mucho camino por delante.
Les pedí que me dejaran atrás. Sabía que llegarían más lejos sin mí. Se negaron, como me temía. Michael empezó a soltar exabruptos. Pero, al final, no pudo desobedecer mis órdenes.
He bloqueado las puertas y encendido una hoguera en el tejado. Es imposible que el enemigo no lo vea. Con suerte, morderán el anzuelo. Si puedo ganar el tiempo suficiente para que el resto escape, me da igual lo que me pase a mí.