Limpiando la ciénaga

Es urgente alimentar a las masas desplazadas en la Ciénaga de los Tejedores. Aunque la solución es meramente temporal. Si alguno de esos colonos pretende hacer de estos pantanos su hogar, debemos buscar una forma de detener el lento curso del agostamiento. Para ello, lo primero es purificar las aguas. A su paso, los tantos y tantos demonios que acechan estas tierras traen consigo la putrefacción de las aguas y de la vida salvaje que habita en torno a ella. Sospecho que ese naufragio sea la causa de esa plaga, pues hasta las zonas salobres están emponzoñadas. Viendo toda la contaminación que amenaza el suministro de agua, rezo por tener el aguante necesario para buscar una solución. Cuánto deseo ver esas turbias aguas cristalinas y azules por vez primera desde tiempos inmemoriales.