La tumba

Al parecer, he cometido un craso error. Pues la loma donde tiré el talismán ha empezado a cambiar. Un extraño musgo rojizo ha aparecido sobre el lodo, como si al lanzarlo se hubiera clavado en la tierra y la hubiera hecho sangrar. Cuando inspeccioné ese musgo con un palo, se abrieron incontables agujeros en él, como diminutas y hambrientas bocas que trataban de beberse todo lo que las rodeaba. El talismán había dado vida a un horror que emponzoña el pantano. Encendí un fuego usando aceites de la Ciénaga y observé cómo el humo maligno se alzaba hacia el cielo mientras el musgo se retorcía entre las llamas.