La salud de una hija
Te echo de menos, mi pequeña Olive. Espero que seas feliz. ¿Te estás cuidando bien? ¿Te encuentras mejor? No dudes en volver si necesitas dinero o comida. Esta también es tu casa.
¿En qué momento creciste tanto como para que me olvidaras? Tal vez podrías pasarte por casa un día a saludar a tu pobre y viejo padre y preguntarle qué tal le van las cosas. No estoy bien. ¿Cómo voy a estarlo si no estás a mi lado?
- M. Barovier
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