Nota del artillero Marlowe
La condenada moneda no deja de aparecer una y otra vez.
Trost jura que la arrojó a las aguas de la bahía, pero ha vuelto.
Pensaba que alguien le estaba gastando una broma pesada al pobre desgraciado.
Siguiéndolo, recuperando la moneda cuando no está mirando o algo por el estilo.
Pero hoy estaba paseando por la playa y la vi con mis propios ojos.
Hay algo que huele a chamusquina sobre ese pedazo de metal reluciente, eso está claro.