Entrada 2

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Día doce de nieve

Doce días y nada más que dos palabras. «Tú, llave». ¿La llave de qué? Pero sus labios se tornaron en una sonrisa suave, como si debiera saberlo. ¡Debe ser una princesa a la fuga! La forma en que me mira como si fuera especial. No le gusta el fuego. Lo mira como si fuera la puerta humeante del infierno. Pero agua... La bebe como si no acabara, como si una copa sucia de nieve derretida supiera a caballo asado.