Una página vieja hallada en una cabaña en Guardaelviento
La llamaba «tía», pues ella era de Persia también. La ayudaba cada verano por unas monedas. Se portó muy bien conmigo; me curó las heridas y las postillas que me hicieron los druidas. Me acogió y me consoló cuando lloraba, sin molestarse en preguntar qué me afligía tanto.
Quiero descansar, pero no puedo. No después de lo que he visto. Así que he escrito esta advertencia para cualquiera que se atreva a hacer lo que yo hice. Oigo truenos en la lejanía. Está oscureciendo, tal vez la lluvia me ayude a conciliar el sueño. Así, por la mañana podré...
No es lluvia. No es lluvia... Son bichos. Los oigo volando contra el cristal y por la chimenea. Están aquí. ¡Está aquí! Me ha encontrado...
<i>Hay una mancha de sangre con un escarabajo aplastado al final de la página.</i>