Convertido

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Part of the following chapter Los druidas #22
Una página vieja hallada en una cabaña en Guardaelviento

Entonces corrí. Corrí con el corazón luchando por salírseme del pecho. Y, de repente, silencio.  Entre los gritos de Duncan, escuché otros gritos. Los gritos de la misma tierra. Esta tierra estaba unida a los druidas por el Poder, y su dolor resonaba en mi mente como el repiqueteo de un martillo. Caí sobre mis manos y rodillas y, tras unas arcadas, vomité el almuerzo en el suelo. Entonces ocurrió lo imposible. Duncan se levantó con su cuello doblado hacia el lado por el que se lo rompí. Sus saltones ojos muertos se clavaron en mí y abrió la boca como si estuviera a punto de acusarme. Pero lo que salió de su boca no fueron palabras. Toda clase de insectos y bichos comenzaron a brotar de su interior: ¡moscas, gusanos y escarabajos! Salían a raudales y se esparcían por el suelo, cubriendo la hierba y las hojas como un torrente. Corrí, pero los demás druidas estaban por todos lados, doblados, encorvados y rotos. Eran... como él. Como Duncan...