Un diario perdido por Langlais, experta en supervivencia
En particular, aún no he visto a ninguna dríade construir ninguna estructura. Las aves construyen nidos; los humanos, casas; las hormigas excavan galerías... Pero las dríades no hacen nada de esto. Al estar hechas de piedras, ramas y enredaderas, carecen de órganos identificables, aunque tal vez no les haga falta. Pero esto no significa que desconozcan el concepto de la construcción.
Un tipo de edificación atrae la atención de las dríades más que ningún otro, y en él es donde se encuentran las mayores densidades de población. Se trata de las ruinas de los antiguos. Sus enredaderas se retuercen entre las piedras, deshaciendo lentamente las estructuras devastadas por el tiempo, las tormentas y eventos inconcebibles. Algunos viajeros afirman incluso haber visto a dríades usar sus armas en un intento de romper las piedras de los antiguos.
Pero ¿por qué? ¿Qué motiva este comportamiento? No desmantelan nuestras villas ni rebuscan en nuestros escondrijos. Si fueran humanas, diría que buscan borrar todo vestigio de los antiguos, al igual que Escipión el Africano borró Cartago de la faz de la tierra. Eventos del pasado, acaecidos mucho antes de nuestro Juicio Final, pueden ser el origen de esta enemistad. Tal vez nunca conozcamos toda la historia, pero debemos averiguar todo lo que podamos.