Una inteligencia subestimada

Muchos en Aetérnum consideran que esas criaturas a las que llamamos «dríades» apenas son más inteligentes que un animal salvaje, y que actúan solo por puro instinto. Pero yo les pregunto, ¿cómo crean entonces las armas con las que se defienden? Ellos responden con ejemplos como el del alcaudón, que empala a su presa en las ramas afiladas. Pero, aunque el alcaudón ciertamente empala a sus presas en un pincho afilado, no crea las herramientas que utiliza, sino que usa lo que encuentra. Años observando a estas dríades me han llevado a la conclusión de que son mucho más inteligentes de lo que muchos piensan. No he visto a ninguna dríade crear sus armas, pero sí las he visto portar armas de diversos tipos y tamaños. Nunca he visto a una dríade comunicarse, pero su conducta sugiere que deben hacerlo de algún modo que ignoramos.