Hallado en Arturo
Resulta evidente que los guardianes antiguos de Aetérnum veneran a la sociedad antigua, pero no a los antiguos. Las estatuas alrededor de ruinas como Arturo y otras de dimensiones similares indican que los antiguos tenían cuatro brazos y el rostro partido por la mitad, al contrario que los esqueletos que las custodian. Podemos concluir que los esqueletos que se arrastran por las ruinas antiguas pertenecen a herejes culpables de traicionar su propia humanidad al venerar a seres como los antiguos.
Jueza Amano
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