Hallado en la pesquería de Lagoprado
El jaleo que montó anoche Morrison ha debido de asustar a los peces. El muy cabrito iba de aquí para allá cantando a pleno pulmón como si esto fuera un escenario del Viejo Mundo. Y ahora aquí estoy yo, con la caña tirada, el agua totalmente quieta y ni un pez a la vista. Dios sabe por qué lo aguanto.