El lamento de una pecadora

He hecho algo terrible. Y sé que, llegado el momento, volvería a hacerlo. El peso de mi transgresión me asfixia el corazón y, aun así, ¡este anhela ser libre! Oh, mi Señor, ¿qué he hecho yo para ansiar el pecado? ¿Cómo pueden tu palabra y tus leyes negar el amor a alguien bondadoso, honrado y amable? ¿Es tu voluntad que una simple granjera erre sola por un mundo de crueldad y maldad? Si he de vivir para siempre, aléjame de la luz de tu gracia. ¿Quién soy yo para negar nada cuando el amor y la bondad son un amparo en este mundo contra natura? Me niego a creer que tú, en tu misericordia, permitirías que me descarriara. Escucharé mi corazón y confiaré en que es tu sabiduría la que me habla en mis sueños. -Megara.