Encierro eterno

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Part of the following chapter Crónica de Ruiz Velázquez #10
Esta carta se ha borrado con el paso de los años

Ahora entiendo el porqué. Por la mañana, los hombres habían regresado..., sus cuerpos aún atados a la luz del alba. Aetérnum les había concedido una nueva vida para que la capitana la extinguiera de nuevo. Pero yo sabía que esto no había sido idea de ella. Pensé de nuevo en el hereje, trenzando cuerdas en su tienda. Ahora sabía la verdad del mal que sus manos habían tejido. Él sabía que esto ocurriría. Siempre lo había sabido. Había entretejido parte de su maldad en esas cuerdas, la suficiente como para maldecir a los tripulantes que un día serían maniatados con ellas. Si alguien encarna el mal de esta isla, es esa repugnante figura encorvada en la oscuridad. Pese a estar amarrado como un perro y llevar grilletes de hierro en los pies, actúa bajo la voluntad de la isla. Él es su servidor. Y la capitana es el suyo. R. Velázquez