Esta carta se ha borrado con el paso de los años
Isabella pasa cada vez más tiempo bajo cubierta, hablando con el hereje. Me preocupa, pero cada conversación parece calmarla... y modificamos nuestro rumbo después de cada discusión.
Por extraño que parezca, salvo el padre Dante, nadie en la tripulación ha cuestionado la presencia del hombre. Tal vez crean que fue encarcelado al principio de la travesía por cometer algún crimen. No conocen la verdad sobre él. Temo el día en que descubran que ha estado guiando nuestros esfuerzos. Si supieran qué manos guiaban realmente el navío, se produciría un motín.
- F.